miércoles, 16 de febrero de 2011

HOMENAJE A LA CANCANITA


EL CEPER FEDERICO GARCÍA LORCA  HOMENAJEA A LA CANCANITA EN UNA ACTIVIDAD ORGANIZADA POR SERRANIA SUROESTE  " MUJERES EN EL RECUERDO"






    Siempre es difícil escribir sobre una persona, porque hay pinceladas parciales y trazos importantes de la persona que quedan fuera del retrato, aquello que no capta la cámara .


   Cuánto siento no haber conocido a Doña Francisca Gómez Sevillano “ LA CANCANITA” , a pesar de ello me atreveré a escribir sobre esta mujer de Morón ,que merece una mención especial . Para ti, mujer trabajadora

Para ti, mujer trabajadora


 Para ti, mujer abnegada, mujer trabajadora


Para ti mujer, va hoy esta flor y mi canción


Para ti, dulce, tenaz y sacrificada luchadora


Para ti, todo mi respeto y toda mi admiración


Los diarios nos mencionan a mujeres famosas


Nombres grabados a fuego y oro en la historia


Cantan loas a sus logros, a sus grandes cosas


Nos hablan de sus virtudes y de sus memorias


Pero yo quiero cantarte a ti, silenciosa luchadora


Que te levantas la primera, al atisbar los rayos del sol


Mujer de mil nombres, de mil caras, de mil horas                                                                         

Compañera en la lucha y con tiempo aun para el amor…

Acumulado estaba el homenaje a tan maravilloso ser


Muchos versos había escrito, pero a ti te lo debía


Madre, hermana, esposa, hija, compañera... mujer.


                                                                     (Julio César Pavanetti Gutiérrez)            


     La vida de esta mujer FRASQUITA “LA CANCANITA” , nacida en Morón el 28 de Noviembre de 1893, hija de María y Juan en el seno de una familia humilde, sería difícil de entender si no analizáramos el contexto de la época en la que vivió.

    El papel de las mujeres no puede ser entendido, si antes no realizamos una mirada retrospectiva al proceso, que desde finales del siglo XIX y principios del XX demandaba un nuevo status social para un colectivo, el femenino, que siempre solía ser dejado de lado. Las mujeres no participaban en la cultura, la economía o la sociedad, tarea siempre reservada a los hombres, por el contrario debían quedar recluidas en la esfera privada del hogar y si trabajaban, a una división sexual y clasista del trabajo.

   La falta de oportunidades, era la estrategia para relegarlas a este papel para que las mujeres, no recibieran una educación escolar y una cultura propia.

   La enseñanza pública era algo raro a principios del siglo XX , la educación estaba monopolizada por la Iglesia, y ésta no hacía mucho por educar a las mujeres en un sentido más práctico que el de ser “la perfecta ama de casa y madre de sus hijos”.

     Los cambios que se produjeron durante la Segunda República en España no fueron significativos debido a la corta duración del periodo. Pero sí que hay que resaltar algunos avances.

    En cualquier caso, todos estos cambios significaron el inicio de la independencia de la mujer, derechos laborales y educativos de derecho no de hecho.

    El paso de ser una «niña» a una persona adulta con pleno control sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre el desarrollo de su vida futura pronto lo daría Frasquita.

   Con corta edad ,contrajo matrimonio con Manuel Martínez Arenilla nacido en Utrera. 

   Ambos tuvieron tres hijos. María, después llego José y por último la más pequeña que se llamaba Isabel.
Frasquita a su manera entendió estos cambios combinando el trabajo no formal , en el rol de ama de casa y cuidadora de la familia .

   Cuentan los testimonios de quienes la conocieron que era, pulcra limpia y aseada, que limpiaba los suelos con pez rubia , y polvos “coloraos” o usaba la arena fina , como la que vendía La “Aria”.

    Los más mayores la recuerdan como una mujer luchadora, de gran temperamento, caritativa, apaciguadora, con un gran don de palabra. Trataba a todo el mundo por igual ya fuera rico o pobre.
En estas circunstancias, La Cancanita comprende que deber dar el salto al trabajo formal fuera del hogar. la mayoría de las mujeres han trabajado fuera de los hogares especialmente por necesidades económicas .Pero estas realidades , no son presentadas como “logros”, en cuanto al papel de la mujer dentro de la sociedad, sino como estrategias de mantenimiento de la economía doméstica en términos de sobrevivencia.

    El trabajo para la mujer implicaba precariedad, inestabilidad y pago de salarios inferior al del hombre, incluso siendo mejores trabajadoras que muchos hombres como en el caso de la Cancanita que estaba considerada como una de las mejores segadoras de Morón.     Frasquita era lo que hoy llamaríamos una mujer emprendedora. Ella tenía su propio negocio, un negocio que consistía al principio en vender con una cestita y posteriormente en un carrito fabricado con la estructura de un carro de bebé y con una tabla encima.
    En la memoria colectiva de muchos ciudadanos y ciudadanas de cierta edad de Morón, aún permanecen estos recuerdos sobre la Cancanita y como ella pregonaba: “los llevo frescos y gordos ¿a quién se los pelo?”, los higos claro. En su puesto no faltaba de nada: avellanas, catufas, tabaco, pipas, garbanzos tostados, membrillos y también batatas servidas recién calentitas….
Cuando era la época de las castañas allí estaba ella en la puerta del cine Oriente para venderlas, si llegaba la feria hacia su propia granadina con agua y polvitos, la vendía por vasitos, sabor naranja y limón, siendo la primera en llegar a la feria y la última que se recogía. Además adaptaba su carro a la festividad que hubiera, engalanándolo para que fuera aún más atractivo.
    A todo el mundo repartía un cigarrito, al barrendero, al hortelano y esas mismas personas agradecidas le correspondía con algún obsequio, normalmente alimentos.
Era tan consciente del hambre que había en aquella época, que muchas veces los niños se acercaban al puesto de forma disimulada para robar y ella hacía la vista gorda y no les decía nada, luego muchos de estos niños cuando tenían alguna moneda iban al puesto y se la daban a Frasquita.


    Hermandades , casinos , círculos , peñas y bares representan las formas tradicionales de la sociabilidad formal andaluza, espacios vetados para las mujeres , a las que se les negaba el proceso de sociabilidad.
La Cancanita por trabajar en espacios sociales abiertos ,en la calle en las plazas ,ferias es de las pocas mujeres no marginadas en ese proceso de sociabilización tan importante como la educación desarrollando un gran don de palabra, y un carácter cordial amable y carismático que le permitirá sobrevivir, ante las adversidades de la vida y sobreponerse.

    María, su hija mayor con sólo 17 años desapareció en la guerra civil, nunca la llegaron a encontrar, nadie supo nada de ella, aunque Francisca la busco por cielo y tierra, dondequiera que oía que podía estar , allí se trasladaba. Nunca más la volvió a ver.

    José su segundo hijo (el chacho José), desde muy joven estaba enfermo, su dolencia estaba en sus pulmones, tenía tuberculosis y esta enfermedad le hacía tener una apariencia débil y frágil y poco a poco la luz de su vela fue apagándose hasta que falleció en el año 1963 (aprox).
En estos dos acontecimientos tristes y desoladores, siempre estuvo a su lado su hija pequeña, Isabel.

       Isabel quedó viuda con tan sólo 20 años. Frasquita ayudó en todo momento a su hija, que quedó desamparada por razones del destino con una hija pequeña de meses y con unas circunstancias económicas, sociales y políticas que desolaban a todo el país. Entendió que tenía que ser fuerte por las dos y tirar hacia delante.

      Pronto Isabel conoció al que fue el gran amor de su vida, Julio, conocido como julio el relojero, con él tuvo nueve hijos. Sus ocho nietos coinciden hoy por hoy en que la abuela cancanita era como una gallina con sus pollitos, que le gustaba tenerlos alrededor, les daba todo lo que tenía para que comieran.
A las nietas en la edad del desarrollo siempre les daba una copita de vino negro (quina San Clemente) con un huevo porque decía que tenía mucho alimento y bien falta les hacía para hacerse mujer.

Cuando tenía algo de dinero mandaba a todos los nietos para que les cortaran el pelo.
   Alli estaba Frasquita , tirando del carro , pero no solo de ese carro de chucherías ,sino del carro de la vida de sus descendientes con amor ,dulzuara y en muchas ocasiones ayudando económicamente,en esa cruda realidad de la postguerra. 

    Se le rompió el corazón el día que su hija Isabel y su pareja, junto con todos sus nietos a excepción de la mayor, Rafaela partieron rumbo a Alicante buscando mejorar sus condiciones de vida, como tantos emigrantes andaluces .Eso para ella fue un golpe muy duro, la despedida estuvo llena de lágrimas.

       La Cancanita se sobrepuso a todos estos avatares hasta su muerte, a los 75 años de edad. Sus nietos coinciden en que su muerte vino a raíz de una caída que tuvo en la calle , al meter la muleta en una saja y partirse la cadera ,cuando se dirigía a visitar a su hermano que estaba enfermo.

     Pero tanto hablar de la Cancanita y por fin os desvelaré el significado de este nombre, su tío era un hombre bajito, y esto era motivo de mofa y burla cada vez que entraba en un bar, llamándole la gente El cancamito. Un día harto de los comentarios que provocaba su corta altura, se enzarzo en una pelea en la cual quedó mal herido, desde entonces con este apodo se le conoció y se pasó a ser de la familia del Cancamito-y por derivación del mote Cancanito-Cancanita.

    Yo tengo otra versión más poética y libre. Cancanita proviene etimológicamente de Cancana que significa persona sencilla o Cáncana que quiere decir Luz.

  Esa Luz que pervive en aquellos que la conocieron y en todos sus descendientes, algunos hoy aquí presentes, que la tienen siempre en su memoria.

Estoy seguro, que los guionistas de la serie televisiva, CUENTAME COMO PASO DE TVE, si tuvieran a su alcance la vida de Frasquita la Cancanita estarían preparando una serie para contarnos ,como sobrevivieron las mujeres españolas de la  postguerra en la España rural, así pues, me veo a María Galiana ,la abuela, interpretando el personaje principal de la Cancanita como personaje principal.

Gira y gira la reolina que tenía su puestecillo , ese juguete con el que los niños y niñas de Morón ,corrían para que el viento moviera sus aspas y proclamara a los cuatro vientos un homenaje merecido a Francisca Gómez Sevillano “ LA CANCANITA”
                                                                                      Miguel Ponce






                                        

  




martes, 15 de febrero de 2011

BREVE HISTORIA DE MORÓN DE LA FRONTERA

                                      VISITA AL MUSEO DE LA CAL


                                                                               

EL CEPER “FEDERICO GARCÍA LORCA”VISITÓ EL MUSEO DE LA CAL   
  EL DÍA 3 DE MARZO DE 2011



Cuentan las leyendas que los fenicios anduvieron ya por estos pagos de Morón de la Frontera en busca de plata. Y dicen también que esta plata iba a engrandecer el tesoro del Rey Salomón. Hasta el año 1700 antes de Jesucristo se han encontrado vestigios arqueológicos por estos pagos.


Sin embargo, los primeros datos arqueológico contrastados, coincidentes con la zona que hoy ocupa el casco urbano de Morón, pertenecen a Roma, que debió de tener una importante presencia por esta zona. Se encontraron esas huellas romanas en los alrededores del Castillo, cerca de la iglesia Mayor y en las proximidades de los cortijos, que son, sin duda un autentico lujo en el paisaje moronense y testimonio de las verdades historias de este pueblo: la fertilidad de sus tierras y el latifundio, enseñoreado en esta comarca hasta poco antes de comenzar el siglo XIX.


Pero no corramos tanto. Morón creció sin fuerza bajo la dominación musulmana. A esa época hay que agradecer la arrogancia de su fortificación militar, que luego se agigantó todavía más con la presencia cristiana. Desde estas murallas se fraguaron dos planes para derrocar al califa de Córdoba. Y tanta importancia llegó a tener bajo el moro que, desde 1018 a 1061, fue reino de Taifa.


Su riqueza agrícola era importante. Grandes viñedos y olivares se daban la mano con el trigo y otros cereales que el musulmán cosechaban con sobrada sabiduría.


Morón se convirtió en unas de las fortalezas militares más importantes de España y dio al mundo grandes hombres, como el celebre Abul Kattar (gobernador y califa de Córdoba), varios filósofos y el finísimo poeta Galib Ben Omeya.


Pero la prosperidad de aquella fortaleza mora tenía los días contados. El 22 de Julio de 1240, festividad de la Magdalena, Fernando III iba a engrandecer su reino con estás tierras y este castillo que a partir de entonces se iba a convertir en pieza clave de una guerra interminable. Morón cayó en la Banda Morisca de la Reconquista y vivió doscientos años en plena frontera con esa guerra, siempre en la parte cristiana. Su nombre, por tanto no puede estar más justificado: Morón de la Frontera.


Esa conquista y el hecho de hallarse en una frontera de un valor estratégico incuestionable, le dieron un nuevo impulso, ya que los reyes cristianos, para tenerlas muy pobladas daban a sus ciudades fronterizas claros privilegios fiscales. Sin impuestos y con una fuerte presencia militar, Morón aumenta su importancia económica, social y defensiva.


Pero tras la reconquista el dominio de está plaza corrió distintas suertes. Primero pasó a la ciudad de Sevilla que, al tenerla tan lejos y necesitar tantos gastos, la cedió a la corona hasta 1378, año en que fue donada a la Orden de Calatrava. Bajo esta Orden se vivieron tiempos de progreso y tranquilidad hasta el año 1461, en la que la administraron los Condes de Ureña, que posteriormente pasarían a ser Duques de Osuna.


Malos años siguieron a esta compra. Antes de producirse, la tierra estaba muy repartida; pero los de Osuna, nada más hacerse con la propiedad, incautaron 163 cortijos y dieron comienzo a una autentica guerra, con dos bandos muy definidos, que no acabarían sino hasta la supresión definitiva de los señoríos, en las Cortes de Cádiz.


Las tensiones entre los duques y sus aliados por un lado, y la pequeña nobleza local y los hacendados por otro, no cesaron durante casi tres siglos y medios, aliviándose a veces y encrespándose otras con agresiones, asesinatos y fechorías que tiñeron de tristeza toda esta larga época de Morón.


Tanta tensión se acumuló en la ciudad, que los duques se tuvieron que ir a vivir a Osuna, dejando aquí a sus representantes, aliados y alguaciles. De esta refriega nació el que es, quizá, el símbolo más conocido y popular de Morón: el Gallo.


Las tierras, siempre tan generosas en las cosechas, seguían sustentando la economía moronense. Sin embrago, según las crónicas, en los siglos XVI y XVII ya habían cobrado importancia la industria del mármol, que producía una variedad muy solicitada de la que quedan recuerdos en algunas iglesias y palacios de la ciudad y los pueblos de alrededor.


En el siglo XIX, nada más comenzar, se terminaron las viejas tensiones porque se acabó el dominio de la casa de Osuna sobre la población. Este dato importante, y la confluencia de otras circunstancias políticas y económicas, auparon las posibilidades de la zona, que vivió todo el siglo una gran pujanza que se tradujo en numerosos logros ciudadanos. Una de estas circunstancias es la que transforma la estructura de la propiedad agraria de Morón de latifundista a minifundista. Muchos de los grandes cortijos pasaron a convertirse en minifundios, a excepción de tres o cuatro grandes propiedades que se mantuvieron hasta hoy. La industria, por otro lado, pareció llegar al pueblo en aluvión. Los alambiques de las destilerías produjeron un buen aguardiente, cuyas últimas marcas llegaron hasta la mitad de este siglo. También fue un periodo próspero para las almazaras.
 
Pero sobre todo, este siglo fue quien dio a la industria de la cal su empuje definitivo. Si desde los árabes se explotaron las cales, en el XIX se dio un empuje fuerte a esta industria, que se convirtió en casi la más característica de Morón. La cal de Morón se pregonó desde entonces por toda Andalucía, y sus artesanos fueron aumentando hasta el punto de que dos poblados vivieron enteramente de este oficio: Las Caleras del Prado y La Caleras de la Sierra.



Decenas de pequeños hornos familiares fabricaban la cal y molturaban el yeso, que en 1864 vio facilitada su comercialización con la puesta en marcha del ferrocarril. Todavía en los años 20 se produjo un nuevo empuje económico en Morón, con la puesta en marcha de la fábrica de cementos: una industria altamente estratégica cuya importancia se comprueba si tenemos en cuenta que en aquellos años sólo funcionaban otras dos cementeras en España: una en Vascongadas y otra en Cataluña. 500 trabajadores llegó a tener la fábrica de Morón, cuyos hornos se apagaron hace una década. La Exposición del 29 supuso un gran progreso para la economía moronense, que aportó al acontecimiento incontables vagones de cementos, yeso, cal y ladrillos.


Otra industria característica de Morón es la del aderezo de la aceituna. Si sus aceitunas gordales se aderezaban ya a finales del siglo pasado, con la creación de los nuevos mercados internacionales, a mediados de este siglo, se convirtió en uno de los principales motores económicos de Morón. Durante los años cuarenta y cincuenta, esta industria ocupaba a un gran número de trabajadores y trabajadoras. Hoy, tras una profunda mecanización, el número de puestos de trabajo es menor, pero su importancia económica sigue siendo la misma.


La vieja importancia militar de Morón se va a ver renovada en este siglo, y de ella va a recibir un grandísimo impulso económico. En los años cuarenta se construye la Base Aérea Española, pero su inversión apenas significa nada, si la comparamos con la que se produce quince años después al crearse la Base Americana. Las obras de esta Base se alargaron desde 1953 hasta 1960, atrayendo a la ciudad a un gran número de trabajadores que posibilitaron un crecimiento demográfico sin precedentes que, luego, una vez concluido el proyecto, se vieron obligados en muchos casos a engrosar largas listas de la emigración andaluza de los años sesenta. Pero mientras duraron las obras, algunas familias amasaron grandes capitales y el pueblo adquirió verdaderamente carácter de ciudad, algo cosmopolita para aquellos tiempos en esta zona de Andalucía, que convivió alegremente con ciudadanos de un país democrático como Estados Unidos, con el contraste social que ello tenía en los sesenta. Cuando concluyó la Base, sin embargo, los americanos eligieron otros pueblos para vivir, principalmente Alcalá de Guadaíra y Sevilla, y los puestos de trabajo que Morón consiguió del proyecto se quedaron en el centenar de hombres que cubren los servicios internos de la instalación militar.


Como decimos, tras la construcción de la Base se produjo una fuerte crisis socio-laboral que desembocó en la emigración de muchos miles de moronenses. Después de los vaivenes de los años sesenta y ochenta, la demografía de Morón pareció asentarse en torno a los treinta mil habitantes, y su economía se amplió con algunas nuevas empresas que, junto con las tradicionales, refrescaron el panorama socio-laboral de la ciudad.